EL CARÁCTER

Se entiende por carácter los rasgos de la personalidad de un individuo que determinan su forma de ser y que lo hace un espécimen único. Éste es influenciado por muchos factores, entre ellos están el ambiente, la cultura, la educación, el entorno social y familiar, el núcleo de amistades o de trabajo, etc. y se puede formar con las constantes acciones que nos hace ser más fuertes a través de la disciplina.

El carácter es el primer componente de la personalidad, es decir que éste forma parte de nuestra imagen. Y da a conocer nuestra forma de actuar, de comportarnos, de tratar a los demás. Es más, podemos decir que el carácter habla por nosotros… en otras palabras el carácter es que el dice: “ESTE SOY YO”.

En ocasiones ha ocurrido que hemos estamos reunidos con algunos amigos y uno de ellos hace una broma que no le agrada a otro, éste último cambia su actitud ante dicha mofa y su reacción es de rechazo (y no precisamente tiene que ser de contacto físico), el que hizo la broma o algún otro del grupo al ver el proceder del ofendido hace una afirmación: “UY, SE CARACTERIZÓ”… esto no tiene que ver con su verdadera forma de actuar, esto se adjudica a una forma de reacción ante un estimulo y esto es lo que se conoce como temperamento.

¿Cómo descubrimos el carácter de una persona?, cuando su forma de pensar y de actuar se convierten en un patrón (en una constante), por ejemplo: una persona que adquiere una determinada postura y se mantiene firme ante sus propias convicciones, controlando sus impulsos, se le conoce como una persona de carácter fuerte. Por otro lado, los débiles de carácter siempre cuentan con la opinión de otro par no equivocarse, no toman sus propias decisiones por el miedo a cometer errores y sentirse culpable de ello.

El miedo y la culpa son emociones que están presentes en las personas débiles de carácter, pero las personas de carácter fuerte también sienten miedo y culpa; la diferencia es que estos los enfrentan, no huyen, ni se paralizan y resuelven todo de una manera creativa.

Porque así como el oro debe pasar por el fuego para ser purificado, los seres humanos necesitamos pruebas para pulir nuestro carácter, pero lo verdaderamente importante es cómo reaccionamos frente a ellas.